En el corazón del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz se encuentra la figura de Íñigo Zárate, actual presidente y director artístico del festival. Desde que tomó el relevo de Iñaki Añúa, el histórico líder que colocó a Vitoria en el mapa internacional del jazz, Zárate ha demostrado ser un sucesor valiente, capaz de imprimir su propio carácter a un festival con casi cinco décadas de historia.
Fotos: Juan Fran Ese
Su llegada a la dirección no fue sencilla: asumió el mando en plena pandemia, en uno de los momentos más delicados para la cultura en general y los grandes eventos en particular. Sin embargo, con una mezcla de audacia, pasión por la música y una visión contemporánea, ha conseguido revitalizar el festival, llevándolo a nuevas cotas de excelencia artística, afluencia de público y proyección internacional.
A su lado, un equipo de trabajo entregado y comprometido ha resultado clave para que cada edición sea un éxito en términos de programación, producción y experiencia para el público. Juntos, han sabido actualizar el lenguaje del festival sin perder la esencia que lo ha hecho grande, manteniendo un equilibrio entre las grandes figuras del jazz mundial, el talento emergente y propuestas artísticas arriesgadas.
Tras el concierto de Sarah Hanahan, y entre las actuaciones de Al Di Meola y Kenny Barron, conseguimos robarle unos minutos a un siempre dispuesto Zárate para conversar sobre el presente, los retos y el futuro del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz.
MásJazz: Bueno, Iñigo, gracias por recibirnos. Sabemos que el tiempo no te sobra, así que estamos doblemente agradecidos por el esfuerzo que haces en atendernos. La primera pregunta que tenía pensada es sobre el riesgo. El Festival de Jazz de Vitoria se reconoce por asumir muchos riesgos en su programación, al menos desde mi punto de vista.
Vimos el año pasado, por ejemplo, el proyecto de Pablo Martín Caminero con la Big Band NDR, que venía de Alemania. Fue una gran producción. Y este año, Classijazz, con 33 músicos en escena, también ha supuesto un gran reto.
La pregunta es: ¿de qué manera un festival como el de Vitoria puede asumir este tipo de riesgos?
Iñigo Zárate: Yo sí creo que hay riesgos, pero más que verlos como tales, prefiero enfocarlo desde el interés. Para mí, estos proyectos son los que, más allá de pensar en las posibles ventas, definen el carácter del festival y le dan un valor real. Y si un festival como el nuestro, que tiene más capacidad que otros, no trae este tipo de formaciones y proyectos complejos, el aficionado puede ir despidiéndose de ellos.
MásJazz: ¿Se podría decir que los grandes festivales tienen la obligación moral, entre comillas, de ofrecer esa plataforma para que sucedan este tipo de proyectos?
Iñigo Zárate: Sí, no sé si es exactamente una obligación, pero sí creo que es el escenario natural donde deben darse. Un festival grande tiene que contemplar proyectos de este tipo, que aportan interés artístico, aunque también programemos propuestas más abiertas a cualquier aficionado a la música, no estrictamente de jazz. De vez en cuando también nos salimos del jazz y hacemos alguna cosa diferente.
MásJazz: A la hora de diseñar la programación, ¿contempláis estos proyectos especiales teniendo en cuenta también los cabezas de cartel?
Iñigo Zárate: Sí, claro. Cuando haces la programación, tienes una fotografía general de cómo queda todo, pero también la vas adaptando sobre la marcha porque la idea inicial casi nunca es la definitiva. Conforme avanzan los contactos y vas contratando músicos, otros se van cayendo y tienes que ir compensando.
No existe un núcleo inamovible de cartel sobre el que giren el resto de propuestas. Nosotros hacemos ofertas a los músicos, pero ellos eligen sus rutas en función del dinero, la logística, la comodidad, los kilómetros que tienen que hacer… Entonces, igual pensabas contar con un artista y al final no es posible. Por eso, el cartel está siempre en constante evolución.
Respecto a esos riesgos que mencionabas antes, los proyectos más grandes son los que menos cambian porque requieren mucho más tiempo de preparación, normalmente más de un año. No puedes improvisar algo así en pocos meses. Por ejemplo, con Classijazz, no sabría decirte exactamente cuándo empezamos a hablar, pero fue una idea que teníamos clara desde el principio porque es un proyecto que necesita una planificación extensa.
MásJazz: El otro día en el concierto de Sumrrá, que celebraban su 25º aniversario, Xacobe decía entre bromas que el grupo es más conocido en Asia que en España. ¿A qué crees que se debe esta situación?
Iñigo Zárate: Es curioso y es una buena pregunta porque refleja algo que pasa en España. En general, los músicos españoles no tienen un trato especialmente bueno en su propio país, incluso dentro de las ciudades. Los músicos de Barcelona cuesta que toquen en Madrid, los de Madrid en Barcelona, y lo mismo pasa en Galicia o Andalucía, que tienen escenas muy locales. A Sumrrá, por ejemplo, les cuesta mucho salir de Galicia, no porque no quieran, sino porque no se les programa.
Y sinceramente, no sé por qué ocurre. Me resulta incomprensible que ciudades como Madrid y Barcelona, que están conectadas por AVE y puente aéreo, no tengan más flujo de músicos entre ellas. Es un problema generalizado.
MásJazz: En la programación del Palacio Europa hemos notado que, casi sin querer, el 90% de los proyectos son españoles. ¿Ha sido algo intencionado o ha surgido así?
Iñigo Zárate: Ha surgido así. Teníamos esos nombres en la carpeta desde hace tiempo y este año se ha dado la casualidad de que hemos podido traerlos todos. Por ejemplo, Sumrrá vino el año pasado con El Niño de Elche, pero en realidad queríamos traer a Sumrrá solo. Al surgir el proyecto con El Niño, dijimos que sí, claro. Pero nos quedamos con las ganas de traer al trío en su formato original y justo este año, celebrando el 25 aniversario, era la oportunidad perfecta.
En otros casos, como Juan Saiz, llevábamos detrás de él desde hace varios años. Pero entre una cosa y otra, depende mucho de cómo se va componiendo el resto del cartel. Así que ha sido más una coincidencia que una programación con intencionalidad española. De hecho, también hemos tenido a Sarah Hanahan, que rompe un poco ese patrón.
MásJazz: El año que viene es la edición 49 y ya estaréis pensando en ella, pero imagino que la número 50 ya empieza a asomar en la cabeza. ¿Estáis dividiendo esfuerzos entre la inmediatez del próximo año y lo especial que será el cincuentenario?
Iñigo Zárate: Sí, lo estamos intentando. Tenemos algunas ideas en la cabeza, pero lo más importante ahora es buscar financiación extra para hacer algo especial. Sin un mayor respaldo económico es complicado lanzarse a hacer cosas diferentes o más ambiciosas.
Ahora mismo estamos más centrados en conseguir ese dinero adicional. La programación del 50, por mucho que tengamos proyectos pensados, dependerá de la financiación que consigamos.
MásJazz: Para acabar, a nivel personal: de todos los proyectos programados este año, ¿cuál es el que más ilusión te ha hecho poder incluir? Ya sea por el esfuerzo que ha supuesto o porque te toca especialmente.
Iñigo Zárate: Este año hay dos cosas que me han hecho mucha ilusión. Una es el Clasijazz con «Epitaph», un proyecto único y difícil de ver, además con músicos españoles. Y la otra es el concierto de Milena Casado.
Con Milena hay una historia curiosa. La tenía localizada porque el año pasado vino con Terri Lyne Carrington, pero no sabía que era española. Preparando notas para entrevistas, me puse a investigar y vi que es de Barbastro, Huesca. Me voló la cabeza, porque la conocía como trompetista en la escena americana, pero no como música española. Además, resulta que ha venido al festival de Vitoria mil veces, ha tocado en las jams… pero nunca la había relacionado con la Milena que tocaba con Terri Lyne. Me dio rabia no haberlo sabido antes.
Esto también me lleva a lo que decías antes sobre los músicos españoles. Antes podía haber más diferencia entre músicos americanos y españoles, pero hoy en día, con las escuelas que hay, eso ya no existe. Hay grandes músicos en todas partes.
MásJazz: Nada más, Iñigo. Muchas gracias por tu tiempo y te dejamos libre que tienes que ir corriendo a Mendizorrotza
Iñigo Zárate: Gracias a ti.