La sutileza, el amor, la nostalgia de Alma en Cuba llega a Recoletos jazz con la noticia de la nominación a los premios Latin Grammy 2025 al mejor álbum instrumental, de Iván «Melón» Lewis y Ariel Brínguez.
Texto y fotos: Álvaro de la Rosa
Ivan «Melon» Lewis.
Es considerado uno de los músicos más influyentes de su generación. Pianista, compositor y productor musical comenzó a tocar el piano en la banda del conocido cantante de salsa cubano Isaac Delgado, realizando varias giras internacionales con solo 20 años. A lo largo de su carrera, ha actuado en importantes festivales de jazz alrededor del mundo, compartiendo escenario con leyendas como Bebo y Chucho Valdés, Mulgrew Miller, Bill Mobley, John Hicks, Gonzalo Rubalcaba y Wynton Marsalis, entre otros.
«Melon» es un habitual en festivales y salas de jazz más prestigiosos del mundo, incluyendo Jazz in Marciac, San Francisco Jazz, Blue Note Jazz Club de Nueva York Washington Kennedy Center, Town Hall, Lincoln Center, Kennedy Center de Washington, Olympia de París, Montreaux Jazz Festival, Festival de Jazz de Barcelona, entre muchos otros.
Después de una extensa carrera grabando con otros artistas «Melon» tiene en su haber seis discos publicados, «Travesía» «Ayer y hoy»; «Ivan Melon Lewis quartet» ; «The Cuban Swing Express»; «Voyager » y «Bembé».
Cuenta con cinco nominaciones en los Latin GRAMMY por «Voyager» en el que colaboró Ariel Brínguez.
Ariel Brínguez.
Artífice de lo que podría denominarse la nueva era del sonido del saxofón cubano.
Ariel ha destacado en el panorama musical internacional colaborando con algunos de los músicos más renombrados del jazz y la música latina, entre los artistas con los que ha trabajado se encuentran Chucho Valdés y David Murray, con los que ha girado por todo el mundo; Larry Willis, Orlando Valle, Paquito D’Rivera, Omara Portuondo, Miguel Zenón y Marcus Miller
Ha participado en festivales de jazz como el Marciac Jazz Festival en Francia, el Aspen Jazz Festival en Estados Unidos, y Jazz à Vienne. Además, ha tocado en clubs famosos como el New Morning y la Sala Pleyel en París, el Yoshi’s club en California, y el Blue Note en Milán.
Su discografía incluye cuatro álbumes: «Raíces en colores», «Latidos». Ha participado como saxofonista en dos discos galardonados con Grammys norteamericanos, con Chucho Valdés en el álbum «Tributo a Irakere: live in Marciac» y con Alejandro Sanz «El tren de los momentos»
Con sus proyectos personales, ha estado presente en los festivales de jazz más prestigiosos de España, como el Festival Voll-Damm de Barcelona, el Festival Internacional de Jazz de Madrid y el Festival Internacional Vitoria-Gasteiz, entre muchos otros. Su música ha resonado en ciudades como Lisboa, Colonia, Múnich, Sofía, Hamburgo, así como en los Festivales de Jazz and Winne de Leibnitz (Austria) y el Festival de Jazz de Gârâna en Rumanía.
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En esta noche de jazz interpretaron su disco Alma en Cuba con las composiciones; «No puedo ser feliz. / novia mía (Adolfo Guzmán) (José Antonio Méndez), «Gitanerías»,
(Ernesto Lecuona), «Gala y Nena» y «Notas de la Habana» (Iván «Melon» Lewis), «Canto pá mi negra» ( Ariel Brínguez) y «La bella cubana» ( José White).
Siempre he leído que el género del jazz nació en Nueva Orleans como una música del pueblo y para el pueblo. Creo que este ya hace tiempo que superó las barreras geográficas, siendo tan de allí como de otros lugares. Por ejemplo, en Santa Clara (Cuba) donde nació Ariel Brinquez, o a poco más de 400 km de este, Pinar del Río donde nació Ivan «Melón» Lewis. El jazz pertenece a estos tanto como a los otros, así como a toda la geografía caribeña y criolla, donde la música es parte fundamental de la vida social y cultural. Un legado musical único que traspasa fronteras y amalgama estilos, identidades y realidades cotidianas.
Escuchar Alma en Cuba en directo es meterse en esa historia o, más bien, en las historias vitales de ambos artistas. Como la interpretación de «Gala y Nena», composición musical que Lewis dedica a su mujer e hija, sus «dos amores» como dice el pianista. O «Canto pa´mi negra» composición que Brínguez que dedica a su abuela. Su jazz es multidimensional, profundo y lleno de cambio y evolución permanente. Combinación melancólica con la historia, la armonía, sensibilidad, improvisación y el ritmo.
Melodías bien construidas, una interpretación conmovedora para transmitir sentimientos, tal como lo hace un poeta lírico al expresar su estado de ánimo o emociones: con libertad. No faltaron, asimismo, momentos de exaltación y éxtasis virtuoso con solos virtuosos de piano y saxofón.
Crear influencias es crear emocionalidad. Yo me he sentido influenciado por su música, su forma de interpretar, su sentido más audaz de tocar. Según la presentación de su álbum, Alma en Cuba es el encuentro con el ayer, el hoy y el mañana, donde tienen cabida desde el danzón, la contradanza, el son montuno y el jazz, o la música clásica europea. Seguro este álbum brillará en la gala de los premios Latin Grammy que se celebrará el próximo mes de noviembre en la ciudad de Las Vegas.