La hechicera del jazz que hacía llorar a Miles Davis

Amina

Amina Claudine Myers, pianista, cantante y compositora que en los 60 se dio a conocer en Chicago como parte de un colectivo de música improvisada con fundamento en el jazz, no detiene su marcha a pesar de que ya figura en el panteón de las deidades del género. Tras un extraordinario disco en dúo con el trompetista Wadada Leo Smith se apresta a lanzar un nuevo álbum, esta vez de piano solo, que ratifica su infinita capacidad de generar emociones intensas. En una de las contadas entrevistas que ha concedido a un medio de habla hispana, Amina habló con MásJazz de sus inicios, su música y sus proyectos.

Por Eduardo De Simone

@eduardodesimone

Un día Miles Davis se lo confesó: había algo en su forma de cantar que le provocaba el impulso irrefrenable de llorar. Pasa en sus habituales conciertos en Roulette, el mítico local de Brooklyn, donde mucha gente se refugia en un rincón para derramar lágrimas, en una suerte de autocelebración. Y hasta le ocurrió en Japón, cuando una mujer con los ojos húmedos se empecinó en abrazarla después de un show.

Amina Claudine Myers, pianista, cantante y compositora, es la fuente inagotable de estos torrentes de sensibilidad. “Es lo que busco con mi música, provocar emociones, hacer que la gente recupere sus recuerdos, hacerla feliz, que sienta pasión con intensidad”, afirma.

Para ella, la búsqueda de la raíz más íntima del reservorio emocional de una persona es parte de un don natural. Alguna vez presenció un concierto de góspel en una iglesia de Brooklyn en el que una mujer comenzó a cantar emitiendo palabras desconocidas, inventadas, en lenguas del corazón y no de los alfabetos, y eso la movilizó fuertemente, porque todos sabían lo que esa persona quería transmitir, aunque el sonido de su voz alumbrara verbalizaciones inabordables.

Y sí, algo de eso hay en cada concierto de Amina, una suerte de misa pagana donde el altar es su piano y el cáliz, su voz. No siempre fue así, porque el sendero recorrido por esta monumental artista fue sedimentado por cierta radicalidad con sello de free jazz, especialmente en sus comienzos, más allá de ese imán que le llega del góspel y que forma parte inescindible de su impronta.

De esa dualidad nos habla el narrador, poeta y ensayista Mariano Peyrou, autor del libro Free Jazz, la música más negra del mundo (Anagrama). La carrera de Amina Claudine Myers puede servir para visibilizar la conexión entre la aventura de la improvisación colectiva que supone el free jazz y otros enfoques mucho más populares de la música afroamericana, como el soul, el blues o el góspel. En algunos casos, su música se queda en estas zonas más seguras, pero en otros se orienta hacia una especie de fusión, y ahí tenemos lo que para mí es más estimulante de su obra. En un disco como Song For Mother E -un dúo con el batería y percusionista Pheeroan akLaff– se puede escuchar esta combinación. Temas como “Inner Destruction”, que es claramente free jazz -una extraordinaria improvisación colectiva áspera y violenta-, se alternan con otros como el que da título al álbum, con un fuerte toque de góspel, que transmite una esperanza profunda y dulce. Estos dos enfoques ya se sintetizaban en Poems For Piano, su primer disco, en el que interpreta composiciones del saxofonista Marion Brown, uno de los músicos más destacados y singulares del free jazz. En “November Cotton Flying”, por ejemplo, encontramos esta síntesis”, reflexiona ante la consulta de MásJazz.

Amina -que en verdad es Claudine, porque Amina fue un apodo que le asignó el baterista Ajaramu (Joe Shelton) alegando que le traería buena fortuna- llegó a la escena profesional casi por accidente, luego de trasladarse desde su Arkansas natal a Chicago, donde se vinculó con músicos que experimentaban desde el jazz la conjugación de nuevas formas expresivas.

Fue una década, la del 60, particularmente agitada en los Estados Unidos. Las marchas por los derechos civiles que impulsaba Martin Luther King tenían convulsionada a Chicago. En febrero de 1965 fue asesinado Malcom X, el mismo líder político que un año antes había afirmado que “el jazz es el único campo que hay en los Estados Unidos en el que los negros son libres para crear”. Aunque tal vez no eran tan libres, como explica el mencionado Mariano Peyrou, porque el género tenía normas bastantes estructuradas y muchas de ellas provenientes de la tradición blanca. Por esa razón es que muchos artistas de entonces le escapaban a la palabra “jazz” y hablaban, justamente, de música negra.

En ese clima nació en Chicago la Association for de Advancement of Creative Musicians (AACM), que fundada en 1965 surgió como una organización orientada hacia la tarea colectiva en defensa de las convicciones creativas de sus integrantes. El primer concierto de esa asociación estuvo liderado por el saxofonista Joseph Jarman, luego miembro del Art Ensemble of Chicago, junto a otro saxofonista, Fred Anderson, el trompetista Bill Brimfield, el contrabajista Charles Clark y el baterista Arthur Reed.

Pero hay que prestar atención a otro show que el colectivo ofreció en agosto de ese año. Estuvo a cargo del grupo del trompetista Phil Cohran, en el cual sobresalía una joven pianista de 23 años: naturalmente Amina, en ese entonces aún Claudine.

Era una artista ya decidida, directa, convencida de su misión de segar la maleza del racismo y del machismo imperante -inclusive en el jazz- y a la vez de llevar vibración emocional a la gente.

“Intento transmitir amor, inspiración y consuelo a través de mi música”, reflexiona Amina ante MásJazz, en una de las contadas entrevistas concedidas a un medio de habla hispana. A sus 83 años es una leyenda del jazz y la música negra, venerada por artistas como William Parker, Tomeka Reid o Nicole Mitchell, y otros que ya no están, como la enorme pianista Geri Allen.

Tapa disco AminaAmina no está recluida en la placidez de su hogar ni acomodada en su pedestal de monstruo sagrado que ella misma desestima. Sigue grabando y ofreciendo presentaciones en vivo -hace poco visitó un puñado de ciudades europeas- y se apresta a editar un disco de piano solo a través del sello Red Hook Records, el mismo que lanzó el año último otro álbum en dúo con el trompetista Wadada Leo Smith, Central Park’s Mosaics Of Reservoir, Lake, Paths And Gardens, que resultó ser una de las mejores grabaciones de 2024, según la mayoría de los críticos.

Producida por Sun Chung, fundador de Red Hook Records y ex productor de ECM, el registro que se anuncia para las próximas semanas con el título Solace for the Mind es una obra maestra de precisión sonora, que reproduce meticulosamente cada matiz musical con una fidelidad extraordinaria. La claridad de la grabación no sólo realza las sutilezas de la interpretación de Myers, sino que también crea un entorno sonoro envolvente que pone de relieve la intimidad de su mensaje.

El álbum, que pudimos escuchar en adelanto, se recorta como una meditación sobre la memoria musical, con Myers revisitando composiciones de sus obras previas como «African Blues», «Song for Mother E», «Cairo» y «Steal Away», piezas que ahora ha reinventado con la perspectiva más amplia de una vida dedicada a la innovación musical. «Quería interpretarlas de forma diferente esta vez», reflexiona Myers. «Odiaba ‘Steal Away’ de niña, cómo la cantaban los mayores, tan lenta y triste. Pero ahora es una de mis favoritas».

El crítico Howard Mandel se refiere en las liner notes del disco a la esencia de la musicalidad de Amina: “Se basa en la precisión, la calma interior y la pureza del sentimiento para apaciguar el alma -la suya y la nuestra- mediante una melodía pianística pura”.

Wadada Leo Smith, el trompetista con el que tuvo un estrecho recorrido musical y partner en el sobrecogedor dueto editado el año pasado que antes citamos, la elogió calurosamente en diálogo con MásJazz: Amina es una compositora e intérprete profundamente creativa, que aborda su música con gran cuidado y reflexión deliberada. Su obra y sus interpretaciones se fundamentan en una clara inspiración y un profundo sentido de las tradiciones musicales. Ya sea en directo o en el estudio, articula un amplio y poderoso arco emocional que refleja la profundidad y la calidad de su música. Amina ha sido colega mía durante muchos años. Invito a todos a escuchar la pieza homenaje que compuse y grabé para ella en 2015, titulada Amina Claudine Myers”.

Amina y Wadada

El tema, un hondo lamento de trompeta en solitario, está incluido en el box set titulado Trumpet, y fue editado en 2021 por el sello TUM Records.

El tributo a Bessie Smith

Desde sus inicios en coros de iglesia hasta convertirse en una notable   innovadora del jazz, Amina ha empujado continuamente los límites de la música. Su carrera incluye colaboraciones con artistas legendarios como Archie Shepp, Gene Ammons, Sonny Stitt, Charlie Haden, Muhal Richard Abrams, el mencionado Wadada Leo Smith y Anthony Braxton y ha sido reconocida con numerosos premios, incluyendo su reciente National Endowment for the Arts (NEA) Jazz Master en 2024 y una Beca Mellon Jazz Legacies en 2025.

Su discografía está regada de gemas que resplandecen, pero entre ellas hay una grabación sobresaliente. Se trata de Salutes Bessie Smith, un álbum editado por Leo Records que llama a ser escuchado una y otra vez. La intensidad expresiva que alcanza Amina en los temas aquí incluidos se agiganta cuando se advierte que, como ella misma confesó, no había escuchado a Bessie Smith antes de que Leo Feigin, dueño de la discográfica, la convenciera de encarar este proyecto. “Ni siquiera sabía quién era Bessie Smith, compré un disco suyo y hasta un cancionero con todos sus temas. Estudié en profundidad su vida y su música y elegí las canciones que más me gustaban”. En trío con Cecil McBee en contrabajo y Jimmy Lovelace en batería, este disco incluye la pieza African Blues, que Amina recupera en su nueva grabación próxima a publicarse.

Desde su casa de Nueva York Amina nos habla de su apego al góspel, sus recuerdos de la AACM y Chicago y sus encuentros con Mary Lou Williams y Wadada Leo Smith.

MásJazz: Tu música está profundamente arraigada en las tradiciones del góspel y del blues. ¿Cómo ha evolucionado esa influencia a lo largo de tu carrera, desde Chicago hasta tus trabajos más recientes, incluyendo el dúo con el trompetista Wadada Leo Smith?

Amina: Las tradiciones del góspel y del blues forman parte de cualquier música en la que creo, porque crecí con góspel, blues yFoto Amina 2 rhythm and blues. Son parte de mi alma, que está arraigada en ellas. Cuando toco, me concentro en la historia de la composición e intento trazar pinceladas en la música vinculadas con el mensaje que transmito.

MásJazz: ¿Qué significó para ti ser una de las pocas mujeres que se unieron al movimiento de músicos creativos de Chicago (AACM) en la década de 1960 y cómo te recibieron los grandes artistas de la época?

Amina: Hubo otras mujeres creativas que fueron miembros de la AACM y también algunas que participaron con danza, voz y poesía. He sido aceptada por todos los miembros de la AACM, quienes nunca dudaron en tocar conmigo cada vez que les pedí su colaboración… Y yo nunca dudé en tocar con ellos también.

MásJazz: En la AACM era posible pasar del góspel al free jazz o a la improvisación libre. ¿Cómo trabajabas esa transición y qué significa el free jazz para ti hoy?

Amina: Debo decir que no me alejé del góspel; es y siempre será parte de mí. Cuando me hice integrante de la AACM, vi cómo los miembros se abrían a la música con sus propias modalidades creativas, siguiendo lo que llevaban en el corazón, creando su propia música.

Me di cuenta de que tenía algo para decir. No había reglas que nadie tuviera que seguir, pero, por supuesto, había que estudiar las bases de la música, pero también hacer lo propio, observar y estudiar formas musicales, etc., y desarrollar las propias habilidades interpretativas y compositivas para grupos musicales pequeños y grandes. Hoy en día, tocar lo que llaman jazz es, para mí, dejar que la improvisación florezca y permitir que la música se abra y crezca por sí sola. Es atender al corazón y pintar paisajes con sonidos.

MásJazz: Conociste a Mary Lou Williams. ¿Qué impresión te causó y cómo influyó en tu música?

Amina: Mary Lou Williams fue una artista y una persona maravillosa, siempre dispuesta a dedicar su tiempo a muchos músicos.Tocó y compuso música desde los años 30 hasta la actualidad. Esto me inspiró al escuchar sus actuaciones y hablar con ella en ciertas ocasiones. Ha sido muy accesible; eso en sí mismo me inspiró.

 MásJazz: ¿Cuál es tu visión de la escena del jazz en Estados Unidos y en Europa hoy en día y qué músicos de esta época escuchas con atención?

Amina: No podría hablar del jazz en Europa. Acabo de regresar de Londres y Glasgow y vi que el jazz estaba muy vivo y coleando. Los músicos de allí seguían creando y estaban entusiasmados por presentar música interesante. Me recibieron muy bien y la música que escuché fue sólida y apreciada por el público de ambos países. Escucho música cuando me dan álbumes o CDs, sobre todo cuando grabo, para poder estudiarla. La mayoría de las veces, la música me da vueltas en la cabeza y suelo centrarme en lo que siento para las nuevas composiciones. Escucho lo que crean otros artistas… todo tipo de música.

MásJazz: Has grabado un álbum fascinante con Wadada Leo Smith. ¿Podrías contarnos algo sobre tu experiencia con él y ese disco que lanzaron juntos?

Amina: ¡Gracias por el cumplido sobre mi grabación con Wadada! Mi primer disco con él fue una experiencia maravillosa. Está abierto a lo que yo expreso; una vez que él explica la música, me deja hacer lo que siento. Te muestra la música, te explica el concepto y luego creamos en el momento. Siento que esto mantiene la música fresca.

MásJazz: ¿Crees que con los años has logrado transmitir emociones más intensas en tus conciertos? Mucha gente dice que termina llorando al ver tus presentaciones.

Amina: Es estimulante saber que mi música llega a quienes la escuchan. Intento transmitir amor, inspiración, consuelo y pensamientos positivos a través de ella. Si provoca lágrimas, bueno, entonces estoy llegando al corazón de la gente. Soy solo un vehículo a través del cual viaja el espíritu de las cosas que acabo de mencionar.

MásJazz: ¿Qué nos puedes contar sobre tu próximo álbum de piano solo y los proyectos que tienes en mente?

Amina: Mi nuevo álbum Solace for the mind, con piano solo, busca brindar serenidad a los oyentes. Saldrá a la luz en junio a través del sello Red Hook Records. Además, estoy terminando una obra con orquesta sinfónica sobre Harriet Tubman, la mujer que ayudó a liberar a más de 300 esclavos.

Y por otra parte, el capítulo de la AACM en Nueva York celebrará su 60º aniversario en otoño con composiciones para orquesta de cámara, solos, grupos, mesas redondas y otros eventos con miembros de la organización.

 Volvamos al llanto, que no daña. Porque acaso no se pueda hablar de Amina sin que las lágrimas estén al acecho cuando se escucha su música. Guillermo Hernández, fundador de la mítica disquería porteña Minton’s y uno de los mayores conocedores de jazz en América Latina, recuerda con emoción un concierto del verano de 2019, piano solo, al que asistió en Roulette: “Tenía delante mío a Steve Swell (trombonista) cuando ella empezó a tocar. Al segundo tema Swell se arrodilló, al tercer tema se apoyó en una columna y se largó a llorar, al igual que la mitad del público. Fue algo casi mágico, y por alguna razón resulta tan grande la devoción que tienen todos los músicos hacia ella. Hoy Amina sigue intacta, con la emotividad a flor de piel. En ella todo es auténtico, no hay comercio, no hay sponsors, no hay especulación, es sólo la música y la vida de las personas”.

 

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