La cantautora y multiinstrumentista Violeta Veinte reúne cinco joyas de su autoría que revelan toda la ‘sustancia’ del talento que la caracteriza
Descubrir productos musicales que no se encasillan dentro de un solo género es un interesante ejercicio. Escuchar la primera canción y verse sumergido en un universo de sonidos libre, ligero y con una poética sentida, además de la riqueza instrumental que le aporta texturas tan «palatables», sin duda, dan ganas de quedarse por más y más. Es lo que logra Violeta con las cinco canciones que forman parte de su más reciente EP.
Con una formación de músicos excepcional integrada por Julio Martín (piano, síntesis y edición), Carla González (contrabajo) y Borja Barrueta (batería y percusión), Violeta se entrega a sus letras, su violín y su mandolina eléctrica aportando un color que genera alegría, calma y sobre todo, mucha autenticidad.
Los ritmos que evocan el folclore de España se entremezclan con las armonías complejas del jazz y las melodías dulces del violín y la mandolina, demostrando una vez más que, la fusión es el camino correcto cuando se quieren exaltar las raíces. Letras que comparten experiencias de una infancia musical y relatan las reflexiones del adulto contemporáneo, siempre en búsqueda de respuestas. La cantante acerca al oyente a varios géneros que, por separado, seguramente no es posible abarcar.
Bajo la dirección de sonido de Mario Carrión, grabado en Fania Estudios (Madrid), mezcla de Sergio Fernández, masterización de Manuel Pájaro y el diseño de portada de Pablo Herguedas, queda por decir que el EP fue autoproducido, muestra de la entrega y compromiso de Violeta con su proyecto musical. Si hay algo que acotar, a modo de opinión personal, es que estos cinco temas parecen ser solo un abre boca de las genialidades con las que la polifacética cantautora aporta en la construcción de un mejor mundo a través de la música.