Breeze, último trabajo del artista noruego Knut Bjørnar Asphol

Texto: Juan Ramón Rodríguez

Pocos instrumentos encuentran una acogida tan particular en el mundo del jazz como la guitarra. Obedece a ello su versatilidad y carácter intrínseco a la música popular, la cual abraza con mayor ahínco en detrimento de un academicismo del viento metal. Así, su relación con el género está fuertemente ligada a la fusión de multitud de estilos, folclore incluido. De igual modo, la creciente exposición a las masas de las seis cuerdas le otorga una favorable comparativa en términos de facilidad para ejecutarlo. Estas características aportan un interesante concepto a la hora de abordar un disco. No en vano, las expectativas de unos mínimos patrones de calidad pueden llegar a sobrepasarlo.

Knut Bjørnar Asphol presenta la primera parte de una trilogía dedicada a la guitarra clásica. De nombre Breeze, bastan ocho canciones para defender una actualización de su propuesta de corte ambiental con toques jazzísticos. La elección de este leitmotiv responde a motivos de nostalgia y posible vuelta a los orígenes. A primera vista, el álbum recoge una melódica línea principal en nailon frente a los acostumbrados arreglos electrónicos. Asimismo, el objetivo es ahondar en una búsqueda de calidez compositiva capaz de despertar las sensaciones más primarias. Ello deriva en un trabajo esencialmente comercial y alejado de pretensiones ampulosas. No son necesarias sucesivas escuchas para captar la totalidad del mensaje plasmado por el multinstrumentista noruego.

Abundan en Breeze progresiones bastante amables, como puede ser el caso de “Worx”, tema inicial, o  “Butterfly”. El ritmo es meloso en general, más propio de lo adepto a ser actualmente radiado. La técnica de Knut no reviste un lenguaje especialmente arraigado en el jazz, si bien demuestra firmeza en el remate y posibles influencias más cercanas a otros registros de sencillez. Es decir, una enésima revisión a la escala pentatónica menor con algunos detalles frigios que pueden pasar por flamenco para los oídos más neófitos. Hay recuerdos de funk, como en “Flix”, o de la samba más genérica como en la homónima “Breeze”, con acordes suspendidos del repertorio de João Gilberto.

Knut - Fotografía: Fotografia: Paal Audestad
Knut – Fotografía: Paal Audestad

La electrónica toma su papel en canciones como “Deep” o “Vertigo”. Constituyen adornos minimalistas en lo esencial, con enfoque en las notas más básicas de unos Brian Eno o Tim Hecker en horas bajas. A la paleta de colores de los punteos de guitarra de Knut, se le añaden pinceladas de brocha gorda a golpe de sintetizador. En la intención del artista, las atmósferas creadas sirven como muleta en una definida labor secundaria. Sin embargo, es endeble el camino que divide lo secundario de lo meramente intrascendente. A pesar de su falta de originalidad, casi copia de las sintonías del noventero Canal Plus, contribuye a la producción de un sonido orgánico más cercano al chill out.

Con unos parámetros ya definidos y nada enrevesados, la sensación que suscita Breeze es de indeterminación. Su razón de peso atiende al escaso minutaje del repertorio, con una media de tres minutos y medio por composición. La maestría del intérprete de ambiente reside en la lenta y continua maceración de la melodía, lo cual requiere tiempo y mesura. En el caso de Knut, las pistas alcanzan una sobriedad tal que roza la mera inconclusión. Por lo general, se obedece a la exclusiva presentación de la idea central de la canción. La exploración en el mejor de los casos, como en “Spaceport”, no avanza más allá de un breve solo parapetado en torno al armazón tonal.

No obstante, Breeze parece cumplir con la ambición de su artífice. Conforma un ejercicio retrospectivo del guitarrista noruego con escasos momentos notables. También otros que caen en saco roto como la pretenciosa y contradictoria “Polar”, aunque recoja el empuje más imaginativo al instrumento. En definitiva, una primera muestra del trío esperado por obra de Knut Bjørnar Asphol que no sacia al ser demasiado naíf para un disco de jazz y demasiado solemne para un disco de música popular. Ante esta ambigüedad, quedan un par de cadencias sugestivas a la espera de realimentación al arbitrio del oyente. En efecto, la evocación de una acústica tranquilidad para algunos seguidores y un insustancial sopor para otros. Aprobado.

El disco de Knut, Breeze,  que suma su octavo lanzamiento discográfico, se publica hoy viernes 5 de junio en el sello Labels & Gentlemen.

Más información en www.knutofficial.com

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