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«Shenobi» Nuevo disco de Freedonia: el soul que empodera a la mujer

La banda madrileña lanza su tercer álbum sin renunciar a la autogestión.

Entrevista por Jaime Bajo – Si hablamos de Freedonia, el compromiso social cobra tanta o más relevancia que su música. De hecho, en los 10 años de autogestión que contemplan su arte, han logrado unos estándares de calidad que hacen de su tercer y último trabajo hasta la fecha, la suite Shenobi, uno de los más brillantes álbumes de soul que se han producido en nuestro país -con permiso de Los Canarios, The Pepper Pots, Shirley Davis o Glen Anthony Henry-. Y es, además, un álbum que reclama la voz propia de las mujeres en un mundo en igualdad real que se construye desde la gestión colectiva y asamblearia. Una utopía hacia la que ponerse a caminar con la banda sonora que nos brinda Freedonia.

Shenobi está concebido como un álbum temático dividido en cuatro actos, una suerte de banda sonora inspirada en el videojuego de SEGA protagonizado por un ninja, Shinobi. ¿Cómo se organiza el reparto de tareas para hacer frente a un trabajo tan ambicioso?

En Freedonia llevamos trabajando juntos 10 años. Con el tiempo hemos aprendido a repartirnos las tareas y saber sacar el mejor partido a cada uno de nosotros. La banda en su día a día funciona como una cooperativa de trabajo. Con respecto al disco, hicimos lo mismo: fijamos las necesidades y fuimos cubriendo cada uno de las parcelas de trabajo necesarias para que el objetivo final fuera cumplido.

¿Hasta qué punto condiciona el repertorio de directo un álbum temático o conceptual?

Para nosotros el disco y el directo son conceptos totalmente distintos. El disco lo escuchas en casa, en el coche, en definitiva, en un ambiente más relajado. En nuestros shows compartimos mucha más energía e intentamos hacer que el público se lo pase bien, mezclando momentos de baile con nuevas canciones o ideas que vamos desarrollando durante la gira.

“La banda en su día a día funciona como una cooperativa de trabajo”

¿Os imagináis un musical o un largometraje basado en vuestro trabajo como aquel que musicaron Antibalas basado en la trayectoria vital de Fela Kuti?

Claro que sí, y todo se andará. Por ahora hemos colaborado con nuestra música en la película-documental La Manzana de Eva de José Manuel Colón, donde se trata el tema de la mutilación genital femenina.

Vuestro último trabajo está enfocado a visibilizar y empoderar a la mujer, pero sabiendo que la violencia machista sigue cobrándose multitud de víctimas, que sigue existiendo una clamorosa desigualdad salarial y que las mujeres están vetadas en la práctica para el acceso a los puestos de poder, ¿hasta qué punto hemos avanzado como sociedad en esta materia?

En estos últimos años ha habido un gran retroceso social y político con respecto a temas de igualdad. Para nosotros una sociedad sana y justa parte por no diferenciar entre sexos. El maltrato hacia la mujer es un síntoma de una sociedad enferma.

¿Qué capacidad real tiene la música de incidir en las conciencias para revertir esta situación?

La música, como cualquier otro arte, es un altavoz que ayuda a compartir lo que piensas, genera debates y hace que temas “olvidados” vuelvan a estar en el candelero popular. Una canción te hace reflexionar, ver las cosas de otra manera, e incluso te puede hacer cambiar radicalmente de opinión.

“El maltrato hacia la mujer es un síntoma de una sociedad enferma”

El álbum barre en diversas direcciones a nivel musical, abandonando a estas alturas vuestra filiación hacia el soul revival, pese a que sigue siendo predominante en vuestro repertorio. ¿Cuál sería el punto de unión que conecta los diversos géneros musicales que tienen cabida en Freedonia (funk, soul, afrobeat, jazz)?

Nunca hemos estado afiliados al “soul revival”, ni nos hemos planteado hacer un ejercicio de estilo. Aunque nuestro punto de unión haya sido la música negra, bebemos de todo tipo de música. Toda banda busca su sonido, su estilo, y aunque el soul sea el lenguaje más predominante en el disco, nos influyen desde bandas sonoras de películas, hasta la música en 8 bits de los videojuegos antiguos.

¿Qué requisitos debe reunir una canción para que encaje en el concepto de la banda?

Que todos nos sintamos a gusto tocándola y que el mensaje nos convenza.

Durante los últimos tiempos os habéis preocupado de trabajar aspectos que no se circunscribían a la música, preocupándoos de que la imagen, el concepto gráfico, acompañara al mensaje. ¿Qué importancia le concedéis a la imagen en una sociedad en la que en ocasiones prevalece la estética a la ética?

Freedonia siempre se ha preocupado de los diseños de sus discos. No es nuevo. La imagen es importante, pero sí es cierto que vivimos en una sociedad donde cada vez más encuentras envoltorios atractivos sin ningún tipo de contenido real.

“Hay que dejar de ver la música como entretenimiento y empezar a verla como un bien cultural”

¿Quién se responsabiliza del concepto gráfico y qué directrices le dais desde la banda para llevarlo a cabo?

Aurelio Lorenzo ha firmado la portada de los tres discos de Freedonia. Normalmente le contamos de qué va el disco y un par de ideas, y él se pone manos a la obra. Es un lujo poder contar con uno de los mejores ilustradores de este país, y además tener la suerte de que sea un amigo. Os dejo un link donde podéis ver más trabajos que ha realizado. https://www.behance.net/aurelio_lorenzo

Mientras buena parte de la nueva hornada del soul revival dirige su lírica hacia temas universales como el amor o la comprensión entre seres humanos, vuestras canciones tratan de denunciar el actual contexto de expolio de la riqueza, explotación laboral y desigualdad hombre-mujer. ¿Teméis convertiros en una banda excesivamente panfletaria al transmitir vuestras ideas o que se haga un uso interesado o dirigido de vuestra música?

Nuestro último disco habla sencillamente de Derechos Humanos, no tiene nada que ver con ningún partido, ideología o tendencia política. Atravesamos un momento en el que las personas cada vez significan menos. El individualismo, el miedo y la ignorancia nos están gobernando actualmente. Nosotros simplemente queremos ponerlo de manifiesto. No tememos al uso interesado, ya que nuestras canciones las gestionamos nosotros y somos nosotros los que decidimos con quién colaborar y con quién no.

“Nuestro último disco habla sencillamente de Derechos Humanos”

¿Habéis recibido alguna propuesta para que vuestra música forme parte de iniciativas sociales o políticas?

Hemos colaborado con Mundo Cooperante, una ONG que se encarga de educar sobre la mutilación genital femenina y desarrollar en África actividades que hagan que este mal desaparezca cuanto antes.

¿Qué criterios seguiríais para cederla para alguna causa que lo merezca?

Trabajamos con licencias Creative Commons, dentro de ellas para la utilización de nuestras obras se necesita permiso y que no estén desarrolladas para un fin lucrativo. El criterio es realizar sinergias con proyectos serios y que compartan nuestros dilemas.

De nuevo habéis fiado la financiación de vuestro álbum al compromiso de vuestros seguidores. ¿No creéis que puede llegar a saturarse el mercado a través esta opción del micro-mecenazgo hasta el punto de impedir que otros proyectos se puedan acoger a ello en el futuro?

El micro-mecenazgo ha abierto una vía para la producción y financiación que antes no existía, además de crear una comunidad de personas que invierten en lo que creen. Gracias a este método, Freedonia existe. Si hubiéramos tenido que esperar a una compañía discográfica, no hubiéramos cumplido 10 años sobre los escenarios.

“Llevamos más de 10 años siendo nuestros propios jefes”

¿Por qué seguís creyendo necesario establecer ese vínculo de compromiso entre vuestros seguidores y las ediciones que lleva a cabo la banda?

Tan sencillo como que sin nuestros seguidores, nosotros no seríamos nada. ¿Cómo no vas a tener compromiso con las personas que confían y apoyan tu proyecto?

¿Habéis pensado en ir un paso más allá en su implicación, y que quienes lo deseen participen del proceso creativo aportando sugerencias o en las decisiones tomadas en el seno de la banda?

El proceso creativo es trabajo de la banda. Por supuesto que estamos abiertos a todo, pero nosotros, como cualquier banda, buscamos nuestro sonido, estilo y que la evolución de Freedonia parta de sus músicos.

En una entrevista reciente declarabais que “el sistema que controla de forma férrea y totalmente opaca la SGAE es claramente abusivo y sectario”. Si todo el mundo es consciente de ello excepto los beneficiados, ¿por qué no termina de cuajar un sistema de gestión alternativo que reparta los derechos de autor de una forma más equitativa, participativa y transparente?

Eso habría que preguntárselo al Ministerio de Cultura, ya que es el que habilita las licencias. La SGAE en este país es un monopolio que, como vemos continuamente, solo beneficia a unos pocos. Nosotros hemos querido desvincularnos de ellos, buscando otros métodos de gestión y recaudación de nuestros derechos de autor.

¿Qué opinión os merecen iniciativas como el Sindicato Profesional de Músicos Españoles o la Unión Estatal de Sindicatos de Músicos, Intérpretes y Compositoras?

Nos parece muy necesario. El mercado de la música en este país es un desastre, tenemos que unirnos para que eso cambie y que los músicos puedan formar parte de una sociedad donde se vigilan sus intereses como en cualquier otro sector.

¿Es posible alcanzar acuerdos de mínimos que dignifiquen una profesión tan diversificada (compositor, arreglista, músico…) como la del músico?

Por supuesto, solo hay que echar un vistazo a cualquier país de la Unión Europea. Todos están en una situación mucho mejor que en España. Hay que dejar de ver la música como entretenimiento y empezar a verla como un bien cultural.

Vuestra situación es curiosa: sois un proyecto bien consolidado, que registra llenos allá por donde pasa, con varios álbumes, apoyos de los medios, enrolados en el soul en un momento en que este género para gozar de aceptación social, y, sin embargo, compagináis vuestra labor en la banda con otros proyectos laborales y musicales. ¿Por qué motivo o motivos la sociedad no considera la posibilidad de ganarse dignamente la vida como músico salvo que renuncies a tu compromiso social y político?

Freedonia es un proyecto sostenible, donde tenemos la suerte de poder realizar otros trabajos, como talleres para discapacitados, para mayores o niños. Como te contaba antes, vivimos en un país donde la cultura no se valora, es de usar y tirar, eso es lo que tenemos que ir cambiando poco a poco.

¿Cómo debe trabajarse la educación cultural de nuestra sociedad para hacerlo posible?

La cultura debe tener su origen en los colegios, al igual que la filosofía y las humanidades. Estas asignaturas están castigadas en la actual educación porque generan personas libre-pensadoras. Sin embargo, la religión va cogiendo fuerza. Es una vergüenza.

¿Es viable que un proyecto de cierto compromiso como el vuestro llegue a trascender al “mainstream”?

Por supuesto. El problema del “mainstream” es su pronta caducidad. Hoy día las grandes compañías buscan fórmulas para sacar dinero rápido, una vez que ese proyecto va perdiendo fuerza, buscan otro, y luego otro… De esta manera es imposible ver la evolución de las bandas o solistas, que es lo más importante de una formación, su trayectoria.

¿Sería deseable que lo hiciera?

No nos asusta, llevamos más de 10 años siendo nuestros propios jefes y controlamos al dedillo todo lo que queremos hacer y lo que no. Si de repente nos convirtiéramos en un fenómeno de masas, contrataríamos a más personas que nos ayudaran a gestionarlo decentemente. Mientras el público siga apoyándonos y llenando los lugares a donde vamos, nosotros seguiremos adelante, tanto si llega el “mainstream” como si no.

Jaime Bajo (fotografías cedidas por Freedonia)

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