Jazz at Lincoln Center Orchestra da color a las Noches del Botánico

©Piper Ferguson

Texto: Federico Ocaña / Fotografías: Iñigo de Amescua

Hay muchas maneras de explicar la historia del jazz. El primer testimonio que tuve de Wynton Marsalis fue en la conocida serie documental de Ken Burns (Jazz: La Historia) donde Marsalis era uno de los encargados justamente de esto, de explicar la historia de este género. El trompetista lleva años haciendo de su estilo una condensación de lo mejor de cada época, desde el blues hasta John Coltrane, pasando inevitablemente por Nueva Orleans y la época dorada del swing.

Lo ejemplificó de manera notable su concierto en las Noches del Botánico el pasado martes 13. El viento, una brisa ligera pero constante, obligaba ya a bajarse las mangas de la camisa cuando la Jazz at Lincoln Center Orchestra (JLCO) hizo su aparición en el escenario. El Jardín Botánico de la Complutense es uno de esos lugares de los que, fuera de la temporada de verano, uno nunca diría que puede acoger un concierto de estas características: posee una cierta aridez monocromática, reforzada por la fealdad de los edificios de la Universidad Complutense que están más próximos.

El paisaje nocturno comienza a coger color con los primeros compases de la JLCO, que arranca con fuerza, para obligar a un público algo disperso a tomar asiento y callarse y dejar que sea la banda la que hable. La llamada de atención se materializa en ese primer tema, “Jo Jo’s Mojo”, de Marcus Printup, con silbato incluido y que comanda los solos.

La iluminación, también algo apagada al principio, parece contagiarse y sale de su letargo, se colorea, a partir del segundo tema, el arreglo de Billy Strayhorn de “Rhapsody in Blue” de George Gershwin, una combinación muy del gusto y del repertorio la JLCO, que revisita la historia para colorearla, basculando dentro de cada partitura del blues al swing, del swing al jazz latino, al be-bop o al jazz modal.

Están en el espíritu de la noche, una noche de verano algo fresca, los giros de guion y de ritmo. Para lo segundo, sirva un ejemplo: el “2/3’s Adventure” de Carlos Henriquez, puro eclecticismo latino, que pone los pies a golpear suelo y grada. Para lo primero, nadie mejor que Sherman Irby y su interpretación del “Big Fat Alice’s Blues” de Duke Ellington, que convierte el Botánico en una sala de baile y baja las revoluciones en el momento adecuado. Por otra parte, como los combos con más oficio, esta big band funciona repartiendo el protagonismo, y si en los temas más electrizantes trompetas, especialmente en los agudos, y saxos oscurecían el papel de los trombonistas, estos se desatan como cantantes en “Yes Sir, That’s My Baby” de Lou Donaldson y Gus Kahn y “Jump Did-Le-Bah” de Dizzy Gillespie (arreglo precisamente de uno de los trombonistas, Vincent Gardner), que sirve, además como broche del concierto.

La JLCO no necesita hablar de libertad para que entendamos que ese es el mensaje. Salpica, no obstante, la actuación de temas con trasfondo político, en la línea de sus últimas grabaciones (The Democracy! Suite, álbum aparecido este mismo año en Blue Engine). Con “Jwaharlal Nehru”, tema perteneciente a “The Presidential Suite” de Ted Nash, y “Alabama” de Coltrane, dos composiciones que reflejan el dominio sin fisuras de la retórica (y de ahí, también del fraseo) y un conocimiento profundo de la música oriental, Marsalis y compañía demuestran la necesidad de articular un discurso político también desde la música, de que el jazz sea, como en otros momentos históricos, herramienta para la transformación política.

Imposible ofrecer un tapiz más variado en cuanto a colorido se refiere sobre la historia del jazz; imposible enriquecerlo con otro orden, con un montaje distinto. El público habría agradecido algo más de calor por parte de los músicos, pero al menos los aplausos arrancaron el “Knozz Moe King” de propina, en formación de cuarteto con Marsalis a los mandos y una improvisación con sello propio. Se había prodigado poco en los solos -incluyendo unos inspirados compases en el “Good Morning Blues” de Count Basie– pero su intervención final justifica su inscripción en letras mayúsculas junto a las versalitas de la Jazz Lincoln Center Orchestra en el cartel.

©Piper Ferguson

La formación de la Jazz at Lincoln Center Orchestra (JLCO) está compuesta por Wynton Marsalis (director musical y trompeta); Ryan Kisor (trompeta); Kenny Rampton (trompeta); Marcus Printup (trompeta); Chris Crenshaw (trombón); Vincent Gardner (trombón); Elliot Mason (trombón); Walter Blanding (saxo tenor y soprano, clarinete); Sherman Irby (saxo alto y soprano, flauta, clarinete); Ted Nash (saxo alto y soprano, flauta, clarinete); Victor Goines (saxo tenor y soprano, clarinete, clarinete bajo); Paul Nedzela (saxo barítono y soprano, clarinete bajo); Dan Nimmer (piano); Carlos Henriquez (bajo) y Obed Calvaire (batería)

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