La paradoja de Jeff Mills en Jazztrónica

Texto y fotos: Darío Bravo

@dariobravo.es

 

Se necesitan dos para bailar un tango o, al menos, que ambas personas quieran bailar lo mismo. Jeff Mills presentó el pasado viernes por primera vez en España su último proyecto, Tomorrow Comes the Harvest, junto al guyanés Jean-Phi Dary en los teclados y el indio Prabhu Edouard en la tabla y otras percusiones. Este proyecto aborda la creación musical desde la improvisación y el juego comunicativo entre músicos y público, más que desde la performatividad de una interpretación tradicional.

Con Mills en el papel de director musical, manejando las dinámicas del trío mientras secuenciaba en directo con su mítica TR-909, el concierto comenzó con el sonido ambiental y mántrico característico del único trabajo discográfico del trío hasta la fecha, ante un público que no parecía encontrar lo que había ido a buscar.

En un Lula Club prácticamente lleno, los murmullos no cesaron, salvo en los momentos en que surgía algún four on the floor que recordaba al techno más convencional o incluso al house. Y es que, pese a la eclecticidad musical en la carrera de Mills, su trabajo produciendo música de baile proyecta una sombra demasiado alargada sobre el resto de sus proyectos.

A pesar del maravilloso trabajo de Dary creando texturas tímbricas y armónicas, y el konnakol y virtuosismo a las tablas de Edouard, parecía que el concierto entraba en una fase en la que ni músicos ni público terminaban de sentirse en el mismo barco. Mills se mostraba menos inspirado y los murmullos crecieron en volumen.

Hacia el final del set, sin embargo, el trío se hizo con el control absoluto de la sala. Jeff Mills dio al público su ración de bombo a negras, y se hizo el tango. Desgraciadamente, cuando ya no quedaba nadie fuera del trance del baile, desde el lateral del escenario le comunicaron a Mills que debía terminar en cinco minutos, justo cuando tenía a la sala dispuesta a bailar otras dos horas y a echar el club abajo.

Nos quedamos con las ganas de ver hasta dónde habrían sido capaces de llevarnos, de no haber sido por el tiempo, de haber acudido un público más abierto a una electrónica más arriesgada, o si el trío hubiera dado antes con la tecla adecuada. Pero las propuestas tan arriesgadas como estas pueden desembocar de mil maneras distintas. Mientras esperamos a poder vivirlo de nuevo, podremos disfrutar del maravilloso video de la actuación en Delos, disponible en el canal de la Onassis Foundation.

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