Llega «Jazz en España», monogáfico de Antonio Cortés

«No me considero crítico ni algo por el estilo para dar opiniones al respecto, más bien soy un receptor de opiniones».

Por Jaime Bajo.

La autoedición -apoyada en la distribución de la editora valenciana EdictOràlia- del libro escrito por Antonio Cortés bajo el título Jazz en España, llega en un momento de proliferación de monografías tan relevantes como Tercera corriente. El nuevo jazz valenciano de José Pruñonosa, La modernidad elusiva: jazz, baile y política en la Guerra Civil española y el franquismo (1936-1968) de Iván Iglesias, o Juan Claudio Cifuentes, una vida con swing de Antoni Juan Pastor. Obras todas ellas que tratan de documentar la escena jazz española, ampliando así el corpus de conocimiento existente -y no demasiado abundante- en la materia.

En primer lugar, ¿de dónde le viene a una persona como tú, ingeniero técnico en electricidad con amplia experiencia y varios libros editados en la materia, su afición por el jazz?

Mi afición por el jazz se remonta a 40 años atrás. Fue con motivo de mi boda, gracias al regalo de un amigo. Dicho regalo fueron varios casetes de música de jazz, los clásicos norteamericanos. Y, a partir de ahí, me fui introduciendo en este género musical, en un principio combinándolo con otros estilos, para acabar en la actualidad siendo mi música preferida ante las demás.

¿Cuáles eran las fuentes de información primordiales cuando comenzaste a interesarte por el jazz? ¿Qué cobertura recibía el jazz en los medios generalistas de la época?

En aquella época no existía Internet, por lo que si querías información de este género musical, tenías que recurrir a algún programa nocturno de televisión, o a programas de radio también perdidos en bandas horarias. La cobertura en los medios generalistas de entonces era bastante pobre, por no decir inexistente, pero si venía alguna figura a dar un concierto en España, sí que lo cubrían a título informativo. Tenías que depender de comentarios de amigos, conocidos de tus amigos y así, es decir, mucho boca a boca.

¿Hasta qué punto era importante tener personas que fueran referente por sus conocimientos en la materia, como Juan Claudio Cifuentes, Ramón Trecet o Javier de Cambra, para que te orientaran en esa perpetua búsqueda de discos, sellos y artistas?

Creo que, para la mayoría de los aficionados de la época, tener esos referentes informativos fue una gran ayuda para conocer esta música y para saber lo que se estaba haciendo. Sin ellos, hubiésemos seguido inmersos en la ignorancia. Ahora se echa en falta alguna figura de esa talla, porque personas que se dediquen en la actualidad a opinar sobre jazz claro que hay, pero no llegan a la talla de los mencionados, o no tienen esa capacidad transmisora que tenían estos.

Aparte de tu afición por escuchar jazz, ¿has asistido de forma más o menos regular a actuaciones y festivales? ¿Recuerdas alguna con especial cariño ya fuera por lo que ocurriera sobre el escenario o por lo que significara para ti a nivel personal?

Siempre me ha gustado asistir a conciertos, ya sea en salas o en festivales. De hecho, una costumbre que tengo es que en las ciudades que visito por motivos turísticos, procuro localizar un local de jazz e intento asistir a algún concierto en directo. Por ello, quizás el más significativo a nivel personal puede ser el local que visité en Nueva York, típico local de jazz que había que bajar unas escaleras, te sentabas casi al lado de los músicos por lo pequeño que era y un ambiente con mucho humo. No recuerdo el nombre ni a quien pude oír.

¿Cuándo comienzas a escribir sobre jazz y en qué tipo de medios publicas dichos artículos? ¿Sigues publicando artículos en la actualidad?

Hasta la fecha no he escrito ningún artículo sobre jazz, solamente algún comentario particular en relación con algún concierto al que he asistido y lo he transmitido por las redes sociales. Hasta el momento lo único que he publicado sobre jazz es el libro que ha motivado esta entrevista. Hay que recordar que soy un aficionado, no me considero crítico ni algo por el estilo para dar opiniones al respecto, más bien soy un receptor de opiniones.

Puesto que has publicado un libro en papel, ¿por qué crees necesario que sigan editándose libros y revistas en formato físico frente a las inmensas posibilidades y el consiguiente abaratamiento que implica la difusión en Internet?

Soy un ferviente seguidor del formato papel, y en determinadas áreas prefiero leer sobre papel antes que en soporte digital, lo que no quita que apoye esa difusión. De hecho, si hablamos de novelas, sí que prefiero el soporte digital, pero a nivel de libros técnicos o relacionados con el jazz, los prefiero en papel. Entiendo que hay más gente que piensa lo mismo que yo.

Otra de las elecciones que todo autor debe tomar es el canal para la difusión de su obra y la financiación de dicha publicación. ¿Por qué te decantas por una editorial pequeña como la valenciana Edictoralia en detrimento de alternativas como la micro-financiación colectiva o la autoedición? ¿Hasta qué punto es útil publicar en una editorial para la difusión de tu obra?

La elección de Edictoralia estuvo basada fundamentalmente en que es llevada por un músico de jazz, que además aparece en mi libro, por lo que a raíz del contacto que establecimos para el libro, lo demás vino después. Realmente podemos considerar mi proyecto como una autoedición, pero con apoyo de una pequeña editorial. En cuanto a la difusión de la obra, debido al formato elegido hay mucha labor por parte mía para difundirlo en todos los sitios que me sea posible.

El libro recoge a más de 500 músicos y a la práctica totalidad de salas y festivales que programan jazz en nuestro país. Dado que el jazz es un género que tiende puentes con otros, ¿qué límites te fijaste a la hora de considerar a un músico como jazzista y una sala o evento como eminentemente jazzístico?

El limite no lo he marcado yo: en realidad, una vez que he contactado con los más de 1.000 músicos, han sido ellos los que han marcado su posición y los que han definido si debían estar o no en el proyecto que les estaba presentando. Ha habido algunos que han considerado que no tenían nivel para aparecer en el libro, otros han identificado su música como distinta al jazz, y otros sencillamente han optado por no aparecer sin más. Hay que decir que parte de mi trabajo fue un continuo flujo de correos recordando el significado de mi proyecto y los avances que iba teniendo, así como invitando a unirse al mismo a quienes todavía no lo habían hecho. Gracias a esa labor recordatorio he podido alcanzar la cifra que he alcanzado.

Otra de las limitaciones que un autor puede encontrarse es la temporal, agravada por el hecho de que, en este caso, dependías de terceros para poder recabar la información que consta en el libro. ¿Qué margen concediste a los músicos para remitirte su biografía? ¿Estableciste una fecha tope a partir de la cual te lanzabas ya a maquetar y editar el libro?

El primer margen que me puse a mi mismo fue el llegar a tener un volumen razonable. Una vez alcanzado y superado con creces, el siguiente margen ya fue de tipo temporal, por lo que fui manifestando que para tal fecha concreta iba a dar por finalizada mi labor. La tuve que ampliar un poco porque aun me llegaron biografías con posterioridad a la fecha marcada, incluso con el libro ya en la editorial.

¿Tuviste que retocar dichas biografías para que existiera una coherencia, un hilo conductor?

Las biografías no tuve que retocarlas mucho, porque cuando me puse en contacto con cada músico ya les facilitaba una biografía tipo para que se hicieran una idea de cómo quería la información y la mayoría se han ceñido a ello, con el mismo orden o cambiado, pero con un contenido similar. Ha habido algunas que, además de traducirlas, también he tenido que adaptarlas al modelo, pero han sido minoría.

El libro plasma la realidad de cuando ha sido publicado, pero como en toda obra de carácter enciclopédico, corre el riesgo de obsolescer con el transcurso natural del tiempo. ¿Te preocupa este hecho?

En principio, al día siguiente de salir el libro ya se encuentra obsoleto. Los músicos afortunadamente siguen sacando discos, siguen participando en festivales, dan conciertos en salas de renombre, y todo eso ya no aparece en el libro. Pero lo que he pretendido es que al menos en el mismo se recoja todo lo que se ha hecho hasta finales de 2017, que es la fecha que marqué para acabar de recopilar información.

¿Has sopesado la posibilidad de publicar futuras ediciones actualizadas del libro y/o mantener un portal en la red que permita una consulta cotidiana?

En cuanto a futuras ediciones, creo que debemos dejar pasar un tiempo y lo sopesaré para entonces, lo que sí que pienso ahora es que será más sencillo ya que parto de una base consolidada, cuento con más experiencia y también cuento con músicos que no aparecen en este libro y se han ofrecido para una siguiente edición, si la hubiera. Sobre el portal en la red no me lo he planteado de momento, no sé si más adelante daré ese paso, tengo que analizarlo.

*Fotografías cedidas por el autor

 

 

 

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2 comentarios en «Llega «Jazz en España», monogáfico de Antonio Cortés»

    • Perdona Andrés, no había visto antes la pregunta. Javier Colina, y otros músicos, no aparece en el libro por una sencilla razón, no recibí respuesta a mi demanda de información. Durante el proceso de elaboración del libro, contacte con más de 1.000 músicos, recibiendo respuesta de algunos, aceptando participar la mayoría de los que me respondían, pero alguno mostró su deseo de no participar y otros no me contestaron, entre estos se encuentra Javier.

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