Lucía Rey presentó su nuevo disco, Nómadas, en Madrid

Texto: P.A.

 

Con un “lleno hasta la bandera”, así celebró la pianista y compositora Lucía Rey la presentación de su nuevo álbum “Nómadas” en la Sala Villanos de Madrid.

La renovada sala madrileña se convirtió en el epicentro de una travesía musical sin precedentes. La aclamada pianista Lucía Rey presentó su último álbum, “Nómadas”, ante una audiencia que abarrotaba el lugar, curiosa y expectante por experimentar la nueva propuesta de esta talentosa artista.  Acompañada en la base rítmica por dos grandísimos músicos, Ander García al contrabajo y Michael Olivera a la batería, la pianista fue desgranando, con el carisma y la simpatía que le caracterizan, todas las novedades musicales que nos tenía preparadas.

Desde el primer acorde, quedó claro que “Nómadas” es más que un álbum; es un cuaderno de bitácora sonoro que atraviesa diversas culturas y paisajes emocionales con los que la autora se inspira para dar forma a un trabajo “circular”, como ella mismo indica. Un trabajo redondo, en definitiva, que sigue una línea discursiva inteligente y bien definida, tanto en los conceptual como en la dinámica compositiva. Rey, con su inconfundible estilo, mezcla el jazz, la música clásica y los elementos de músicas del mundo, llevando al público, a través de sus composiciones, a evocar imágenes y sensaciones de lugares lejanos, oníricos, ficticios, viajes internos y algunos sobresaltos existenciales.

El concierto empezó con “Before Falling” uno de los singles del álbum que han ido apareciendo en plataformas digitales en los últimos meses y que los seguidores más fieles de Lucía reconocieron en los primeros acordes. La artista, tras su interpretación, tomó el micrófono emocionada, para dar las gracias al numeroso público presente por acompañarla en la presentación de “este viaje largo” que ha supuesto la producción del disco.

“Siran”, primera novedad de la noche, mostró a una inspiradísima Marina Lledó, que participó como artista invitada para la ocasión dando el empaque armónico necesario para que las melodías de los temas en los que participó lucieran con un gran despliegue de matices y recursos vocales a los coros. Una apuesta oportuna de Rey que el público aplaudió inmediatamente y supo agradecer en cada una de sus intervenciones.   

A lo largo de la noche, Lucía Rey interpretó cada una de las piezas de “Nómadas” con una maestría que dejó a la audiencia sin aliento. Destacó especialmente “El viaje del Elefante”, tema que, según nos contó, fue un encargo de la Fundación Saramago para celebrar el centenario del nacimiento del reconocido escritor portugués. Una composición que combina el ¾ del vals con una base rítmica de jazz contenida, creando una atmósfera hipnótica y profunda. La pianista explicó al público cómo esta pieza fue producto de la inspiración de sus lecturas de Saramago y del viaje interior que experimentó cuando capturó la imagen del elefante y todas las peripecias que padeció el “pobre animal” en la odisea que relata el libro.

El punto cenit de la noche fue la interpretación de “Errante” en el que Juan Carlos Aracil, colaborador de Lucía en la grabación del disco, dio despliegue a su característica maestría y elegancia interpretativa a la flauta. La complejidad rítmica y la riqueza melódica de esta pieza fueron ejecutadas con una precisión y una pasión que arrancaron una ovación de pie del público. Rey, visiblemente emocionada, agradeció nuevamente la calidez de la audiencia y compartió algunas anécdotas personales sobre la creación de esta obra junto a sus compañeros de estudio.

Con “Daniela” llegó el homenaje de la pianista a “los nómadas” de generaciones pasadas, haciendo mención especial a su abuela, cuyo nombre da título a la composición. Un destello melódico, evocador, emotivo, con intensidades y cambios de tiempo maravillosamente definidos por la base rítmica. Mención de honor a un magnífico Michael Olivera que estuvo concentradísimo y grandioso durante toda la velada.

La interacción de Rey con el público fue otro de los aspectos destacados de la noche. Entre cada interpretación, la pianista compartía historias y reflexiones sobre los temas y las influencias detrás de la composición de cada pieza, creando un ambiente íntimo y cercano. Estas intervenciones no solo permitieron al público conocer mejor el proceso creativo de Rey, sino que también añadieron una capa extra de profundidad y significado a su música.

Acercándonos ya al final del concierto sonó “Nómadas” tema que da título al álbum y en el que tanto Ander García, al bajo eléctrico, insistente en su riff base, Juan Carlos Aracil, junto a Rey al mando melódico y Marina Lledó a los coros, se lucieron por partes iguales, cada uno en el momento que exigía el tema. Una composición contundente que termina arriba y que eriza la piel con un final que no hace decaer en ningún momento la energía que cada uno de los músicos aporta a la proyección del tema. El final en un corte seco nos devolvió a tierra.

El cierre del concierto llegó con los cantes de ida y vuelta de las “Colombiana Gaditanas” y su ya famosa “Lucerías”, perteneciente a Reflexión, primer álbum de la artista.

“Oriente”, una pieza que simboliza fielmente el espíritu nómada del álbum, con su mezcla de sonidos eclécticos y una emotiva melodía dio final a una velada para recordar. Rey, con una intensidad casi palpable, dejó el alma en el piano, culminando la noche con una interpretación que resonó profundamente entre los asistentes. El público, de pie, aplaudió durante varios minutos, reconociendo el talento y la entrega de una artista en plena madurez creativa.

Lucía Rey, con “Nómadas”, ha logrado no solo un álbum extraordinario, sino una experiencia musical que transporta y transforma. Su concierto en la Sala Villanos fue una celebración de la diversidad y la universalidad de la música, y una muestra del brillante futuro que le espera a esta excepcional pianista. La noche del jueves post fiestas de San Isidro, Madrid fue testigo de un momento mágico, cortesía de una de las artistas más prometedoras y versátiles de la escena musical contemporánea.