El pianista cierra Jazzmadrid 2019 con una gran actuación en el Teatro Fernán Gómez (30/11/2019).
Text: Jaime Bajo. / Fotografías de Guillermo C. Blanca, cedidas por Jazzmadrid.
Como culminación de la presente edición de Jazzmadrid, Moisés nos reservó el estreno de su séptimo trabajo en solitario, There´s Always Madness(Estudio Uno, 2019), un álbum cuyo prensaje confesaron no haber escuchado aún los propios músicos, y que nos depara un buen puñado de sorpresas. Moisés ofrece distintas combinaciones entre instrumentos, dotando así de texturas, sonoridades y estéticas distintas a su música. Quizás a estas alturas ya no tenga tanto sentido hablar de géneros y subgéneros musicales.
No era, sin embargo, la primera ocasión en que los madrileños teníamos oportunidad de acceder a dicho repertorio, pues ya pudimos disfrutar de su puesta de largo en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional el pasado sábado 16 de febrero o en el ciclo programado con motivo del 37º aniversario del Café Central. Esto remarca, una vez más, la importancia capital que los clubes de pequeño tamaño tienen en la continuidad de un género que difícilmente podría depender de su programación esporádica en festivales veraniegos u otoñales como el que nos ocupa.
Y es que todos ellos tienen su momento de gloria en un espectáculo que es, en conjunto, mucho más que la suma de las individualidades, aspecto nada sencillo de conjugar cuando el ego de los artistas entra en juego. Como me confesó en cierta ocasión la flautista María Toro sobre quien es su actual acompañante en directo, “Moisés tiene un ego muy bonito”. Un ego que permite que cada uno de sus músicos aporte desde la consciencia de que se trata de un proyecto ajeno, susceptible de ser enriquecido y matizado.
Y Moisés lo agradece más a través de la generación de espacios para que puedan expresarse que mediante el uso de la palabra -en la que se le percibió tembloroso para agradecer al apoyo que el público le brinda llenando espacio como el teatro que le ovacionó anoche-. Y es en detalles como “Welcome to Arkham” donde reivindica la vigencia y el crecimiento experimentado por la que podríamos considerar la columna vertebral de su proyecto desde hace casi veinte años: el terceto que conforma junto al baterista Borja Barrueta y el contrabajista Toño Miguel. Toda una garantía para hacer sonar su música.
Más allá de las composiciones de su séptimo álbum, que podríamos entender como una suerte de suite, no planteada como tal -que para eso publicó “Unbalanced” hace unos meses-, Moisés no olvida que la velada se enmarca en un evento de jazz y, a petición de los presentes, comparece en solitario para ofrecernos, a modo de propina, un “soliloquio” de piano que, partiendo del clásico de Duke Ellington “In a sentimental mood”, va evolucionando hacia una improvisación libre, si bien cargada de referencias presentes en el imaginario del pianista madrileño. Una bonita constatación de que Moisés es un pianista que, partiendo de un necesario bagaje en la escena jazz, apunta a trascender fronteras y granjearse un espacio como uno de los referentes del piano más allá de géneros musicales.