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Xosé Miguélez obtiene recompensa a su inconformismo

©Iván Barreiro

Texto de Federico Ocaña

El saxofonista Xosé Miguélez posee una de las grandes virtudes de los músicos de jazz contemporáneo: el inconformismo. Como todo creador sabe, es un arma de doble filo, porque puede disparar la creatividad o bloquear el talento. En Contradictio (Origin, 2022), su segundo trabajo, el inconformismo, quizá proveniente de una cierta inseguridad ante la decisión de qué camino tomar, siente la necesidad de revisitar, de volver sobre caminos ya explorados. Bien canalizada, esa virtud le lleva a un resultado notable, lleno de guiños de humor y sin perder coherencia.

Estamos ante una propuesta bicéfala en la producción, con el propio Miguélez y un viejo conocido suyo, el pianista Jean-Michel Plic. Ambos se reparten la dirección del disco, suman a la producción el ser intérpretes de todos los temas y añaden a sus responsabilidades las composiciones y arreglos. Oficialmente el disco aparece a nombre del español, pero el mérito, en efecto, es compartido. No en vano, se reservan incluso dos de los temas, “Someday my Monk Will Come” y “Ontology” para tocar a dúo.

©Andrea Marino

En cuanto a las otras ocho piezas, es más que justo mencionar el trabajo de los portugueses Marcos Cavaleiro a la batería y Carlos Barretto al contrabajo.

La rítmica habla directamente un lenguaje de vanguardia y este Contradictio arranca en “Meniña” en tonos graves, sello característico de Miguélez, que sabe desenvolverse en esa tesitura en melodías populares (por su origen y por su arraigo en el repertorio) como los grandes maestros del tenor.

Con la misma capacidad de hibridación, sorprendente, entre calidez, sencillez y gravedad y ligereza y variación y pluralidad de ritmos, resuelve el conflicto a favor de melodías y tempos más conocidos o los varía y desvía de la tradición para hacer de ellos algo nuevo, conservando solo su bajo, o su silueta melódica, trastocando todo lo demás.

Lo sorprendente, entonces, se vuelve materia para el disfrute. El disfrute de Plic en “Galicia”, composición suya, en el clásico “But Not For Me” o en el primer tema, “Meniña”, que emerge de una música oscura, densa, una melodía popular, en la que podemos imaginarnos sustituyendo los graves del saxo por una voz rural, ronca, sabia, bien maridada con bases afrolatinas del “Caravan” de Duke Ellington. El disfrute de Barretto en “You and the Night and the Music” o en “Soul and Body”. El disfrute de Cavaleiro en el aire latino de “Contradictio” o en el break de “Out of Nowhere”.

Ontology” constituye un caso particular en la música de este álbum, ya que se incluye en dos formaciones distintas, a cuarteto y a dúo. No es un clásico per se, pero como si lo fuera, porque dio título en 2019 al anterior disco de Miguélez y aquí lo revisita, como decíamos, no una sino dos veces. Es cierto que, con la entrada de Barretto y Cavaleiro, lo hace con cambios radicales en el personal; pero si algo resulta fundamental es la recuperación para este disco de la colaboración con Plic. En cualquier caso, se percibe el inconformismo de Miguélez del que hablábamos. Quizá el mismo impulso le lleve, como parece su afán, a construir un canon contemporáneo, con bases sólidas y libertad para improvisar.

©Andrea Marino

Como en la buena vanguardia, la que perdura y se acaba asentando como un paso necesario o un estrato con entidad propia en las discografías, el saxofonista gallego nos presenta un conjunto de temas que, aunque «nos suenan» a todos, no nos suenan nunca de la misma manera. Todos han sido construidos de forma compleja, provengan de la música popular gallega, sean clásicos del swing o composiciones de los intérpretes. 

Este disco parece apuntar en direcciones opuestas, contando con las diversas variaciones en las que trabaja (dúo, trío y cuarteto) y siempre partiendo de una producción muy pegada al directo, como apunta Juan Carlos Abelenda en las notas del disco, pero Xosé Miguélez tiene claro el punto común del que parten y el nexo que las hace confluir. La belleza de esta grabación reside en la deconstrucción de músicas conocidas y su reconstrucción como algo propio. En este trabajo del músico gallego se aúnan lo bueno conocido y lo bueno por conocer.

Contradictio acaba de ser reconocido con el Premio Martín Códax da Música al mejor disco del año en la categoría de jazz y músicas improvisadas.

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