Felix Rossy Sextet en Montilla: Baco se rindió ante Apolo

Texto y fotos: Álvaro de la Rosa

@alvarorosar

 

El pasado domingo, Baco se rindió ante Apolo en un mediodía soleado de abril, en la localidad de Montilla (Córdoba). En el interior de la bodega más antigua de Andalucía, en uno de sus muchos rincones abovedados y adornados con barricas, se celebró un magnífico concierto del Sexteto liderado por el trompetista Felix Rossy. La mezcla de la cultura vinícola y jazzística se convirtió en un momento perfecto de disfrute sensorial.

Sobre las doce horas, el vino de la bodega Alvear esperaba a un público gozoso, al que el presentador del concierto advertía del bagaje y experiencia de Rossy, quien con ocho años ya daba conciertos y con diecisiete grabó su primer disco.

Inició la actuación augurando que este concierto no sería del todo convencional. Felix Rossy, maestro trompetista, lideró la escena con una profunda comprensión de la tradición jazzística, del swing, el bop y el cool. A su lado, Miguel Garcia al piano, Andreu Pitarch a la batería, Ben Tiberio al contrabajo, Tomeu Garcias al trombón y Ben Solomon al saxofón, inauguraron el concierto con una canción escrita por trompetista, titulada “Florissnt” (“Floreciente”), la cual el autor confesó que la compuso pensando en la breve experiencia vivida con una chica francesa, dejando al espectador volar su imaginación. También mencionó a sus referentes musicales, entre los que se encuentra, como no podía ser de otro modo, su padre, Jordi Rossy.

El sexteto interpretó temas propios, en los que, según recalcaba el trompetista, la improvisación iba a aparecer y desaparecer en cualquier parte de la interpretación de las composiciones. Así fue: solos de batería, de contrabajo, duetos… Surgió la magia, de manera que estos artistas se complementaban entre sí, aportando su propia visión y estilo. Una mezcla de la parte racional de la composición con la improvisación, que lejos de ser un desafío, se convirtió en el lienzo en blanco sobre el cual estos virtuosos plasmaban sus ideas más audaces. La confianza mutua y el respeto por las habilidades de cada miembro de la banda crearon el ambiente propicio para la experimentación, haciendo disfrutar a un público entusiasmado. Otro de los temas que interpretaron fue un bolero compuesto por el trombonista, Tomeu Garcias, quien nos deleitó con un solo fantástico.

En definitiva, un concierto destacado por la sinergia entre la creatividad desbordante y el impecable trabajo en equipo que consiguió transmitir y crear un ambiente inigualable, dejando a “Baco” en segundo plano.

 

Por Álvaro de la Rosa

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