Gustavo Díaz Quartet: Jazz en Portugalete

©Esteban Moreno
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Texto: Rosa García Mira / Fotografías: Esteban Moreno & Santi Martínez

En pleno distrito de Hortaleza, en el antiguo barrio de Portugalete, fuera de la programación oficial del festival de jazz que tiene a media ciudad en constante escucha activa, el Centro Cultural Carril del Conde acogía el cuarteto del saxofonista Gustavo Díaz, con Luis Guerra al piano, Tomás Merlo al contrabajo y Rodrigo Ballesteros a la batería; todos ellos grandes músicos ya consolidados y de larga trayectoria.

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Al amparo de los “Encuentros Culturales Portugalete” encontramos el ciclo “Jazz en Portugalete”. Un ciclo de conciertos que viene impulsado por el equipo de Radio Enlace, asociación cultural que pretende ofrecer eventos culturales de manera asequible, promoviendo este tipo de eventos de carácter gratuito y emitiendo programas didácticos y divertidos sobre distintos aspectos culturales. “Jazzérrimo” siendo uno de ellos, con Víctor Bobeche al frente. Fue su colaboración con Santi Martínez el fruto de la creación de “Jazz en Portugalete”. Este ciclo de conciertos con carácter mensual lleva varios años programándose, siendo el último viernes de cada mes una ocasión para brindar a los vecinos de Hortaleza un concierto de jazz gratuito. Este año, el ciclo se ha realizado en consonancia temporal con el Festival de Jazz de Madrid.

©Santi Martínez

Con el auditorio lleno, un aforo de 78 personas (el máximo permitido) y unas entradas que se agotaron a la media hora de abrir las taquillas, se anticipaba el clamoroso éxito de este segundo concierto del ciclo. Un público familiar asistía con entusiasmo al evento. La gente comentaba conciertos de ciclos pasados en un ambiente relajado y desenfadado, y tras una breve introducción de Víctor Bobeche, daba comienzo el espectáculo.

Heart of a Clown comenzaba con una atmósfera etérea y arpegiada. El primer solo de Luis Guerra,  plagado de juegos rítmicos con Rodrigo Ballesteros, dio buena cuenta de la gran expresividad que poseen ambos instrumentistas. Tico’s Tune nos llevó a una improvisación casi conjunta entre el saxofonista Gustavo Díaz y Ballesteros, que provocó que el público aplaudiera entusiasmado. La energía que se respiraba era ciertamente familiar. La gente disfrutaba las intervenciones de los músicos, que se veían relajados y contentos. El líder cogió el micrófono para presentar a la banda, indicando que se trataba de la presentación de su último disco, “Incipit Vita Nova”.

©Santi Martínez

Anábasis, que significa ascenso o avance según la tradición filosófica, recordaba por momentos el tema Poinciana del pianista Ahmad Jamal. Díaz realizó una improvisación sobre el obligado que presentaba la melodía, y el arreglo de la reexposición dejó a todo el público perplejo. Con Oblivion, una composición del pianista Bud Powell, Luis Guerra hacía un despliegue virtuosístico de su personal visión del bebop, y Díaz presentaba un sonido que se acercaba al del mismísimo Ornette Coleman, en un enérgico trading 8ths con Ballesteros. Beatriz, una emotiva y elegante balada, encarnaba el primer solo de Merlo de la noche, cantabile y sincero, como es habitual en el contrabajista. Verano del 19, pieza que estrenaban aquella noche, se tornaba misteriosa y sugerente impregnada de un sonido bluesero. Volviendo a los standards, los músicos decidieron darnos algo a lo que aferrarnos con It could happen to you, donde otra vez tanto Luis como Tomás nos tuvieron en ascuas durante sus improvisaciones. Terminaba la jornada con Hiato, de nuevo un tema de Gustavo Díaz, con un público realmente emocionado ante los desplazamientos rítmicos de la composición. Tras unas palabras de los organizadores, los músicos tocaron Nothing Personal. Esta vez, de nuevo, el pianista nos sorprendió con un solo en ocasiones contrapuntístico y muy enérgico, y Rodrigo Ballesteros conquistó el auditorio con un solo sobre obligados de sus compañeros.

El concierto acabó siendo todo un éxito. El público encantado y la organización agradecida de tan buena acogida. Sin duda, merece la pena acercarse al ciclo de “Jazz en Portugalete”, y de paso escuchar “Jazzérrimo”, para enterarse de lo que traen entre manos estos geniales divulgadores.

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