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KKY: Un viaje en cada canción

Texto: Juan Alberto Vázquez (Cuidad de México/Nueva York)  –  Fotografías: Kin Kon You

Portada del álbum This Is The Way

Portada del álbum This Is The Way

A mediados del 2018, el tecladista Horacio Ramírez notó que Ricardo Albarrán no solo estudiaba, como él, la Licenciatura en Música en la Universidad Autónoma de Querétaro sino que además vivía en la misma zona, una conocida como Candiles, que los hacía compartir ruta de transporte público. Así es que una de esas veces que lo miró en el mismo camión, se le acercó y le dijo: «¿Cómo ves, master, si armamos una banda de jazz?».

Albarrán, quien es guitarrista, no sólo calculó que ese que ni siquiera era su amigo, estaba un tanto chalado sino que además, al escuchar el término «banda de jazz», se imaginó una formación clásica de las que aparecen en el fondo de los restaurantes que se pretenden de alta alcurnia, donde esforzados músicos interpretan standards para comensales que ni siquiera aplauden.

La imagen aturdió a Ricardo quien decidió ignorar la oferta, pero era un hecho que Ramírez no se iba a dejar vencer tan fácilmente así que en la siguiente vez que se lo propuso ya le mostró el camino por el cual le gustaría encarrilar al proyecto. Así es como nació en esa ciudad del centro de México el sexteto Kin Kon You (KKY), que el verano del 2020 presenta su álbum debut This is The Way.

«Como banda, queremos generar un viaje en cada canción, y que quien escuche se pueda meter ya sea a un nivel superficial o profundo; aspiramos a crear un lenguaje y sorprender al público» nos dice Ricardo vía telefónica desde esa ciudad donde viven todos ellos, y que está ubicada dos horas al norte de la monstruosa capital del país, la Ciudad de México.

«Ese es un punto fuerte del disco y algo que nos gusta mucho» agrega por su parte el segundo tecladista Fernando Alcalá. «Cuando lo escuchas ¿nunca sabes qué esperar y parte de nuestra propuesta es jugar con las expectativas de quien escucha, al grado de que a la última pieza la fusionamos con flamenco», adelanta. «Tratamos de entregarles composiciones clásicas pero digeribles; no deseamos ametrallar a la gente con trayectorias muy fumadas, sino simplemente transmitir cosas que tengan un discurso y una lógica» completa Ricardo.

Desde la primavera del año de la pandemia, el trayecto KKY, que ofrece viajes a oídos delirantes, suena sobre todo a jazz fusión, se explaya dentro de acordes de rock progresivo, rozando el muy ochentero jazz crucero, sin dejar de funkear y soulear en algunas estaciones. Uno se confunde al elegir la vestimenta para este vuelo y a pesar de usar de inicio la etiqueta, más adelante es obligatorio enfundarse en tenis y mezclilla.

En México se toca y consume mucho jazz desde los años cuarenta, pero el género atracó sobre todo en la capital del país, dando el brinco en las últimas décadas del siglo a capitales como Guadalajara y Puebla. Y aunque el movimiento en Querétaro es nuevo, al menos en los recientes lustros ya se han forjado algunas otras bandas que, como KKY, tratan de equilibrar la terrible disparidad en relación con la música pop que en México se consume por toneladas.

«Esta ciudad ha crecido mucho tanto poblacional como culturalmente», nos cuenta Fernando. «El Festival de Jazz de Querétaro cumple este año su décima edición y ha logrado traer a personajes como el baterista Antonio Sánchez», dice como deseando aclarar el porvenir. A ese empeño se debe agregar la formación de bandas como Mantis Atea, Slap It, Sarabanda, Saxodia, que al igual que KKY anda en busca de sitios donde tocar, eventos que armar y en general en la planeación de un movimiento sólido de una ciudad que es de las pocas donde la violencia que azota al país no ha aterrizado del todo.

Por lo pronto ese incipiente movimiento cuenta con el entusiasmo del maestro de música en su universidad, el baterista ruso Sergei Sokolov, quien se ha metido de manera profunda a la escena, apoyando propuestas que van del jazz tradicional a las fusiones.

Mientras las cosas se van aclarando, los seis de KKY ya están urgidos porque en su ciudad, el país y el planeta, se logre controlar la pandemia del Covid para que se muestre esa nueva normalidad como quiera que sea. «Me he sentido desesperado y agüitado (triste) confiesa el baterista Iván Ruiz, también presente en la charla por Zoom. «Resulta que yo pertenezco a un grupo versátil (de los que tocan en bodas y otros eventos sociales), y como de ahí genero ingresos, pues ya nos dijeron que no habrá trabajo hasta el 2021″, dice sin mucho ánimo. «Hay días que no quiero agarrar mi instrumento» se sincera por su parte Fernando quien remata: «esta de la pandemia es una experiencia que nunca nos hubiéramos imaginado. Sin embargo, hay otros días en que sí se me ocurren ideas y comienzo a escribir».

El guitarrista Ricardo Albarrán cuenta que el disco lo comenzaron a grabar en abril, cuando ya el Coronavirus avanzaba en México «y nos aferramos a terminarlo pues no sabíamos cuándo íbamos a tener la oportunidad. Creo que elegimos bien», suspira. Ahora en su encierro ya pueden al menos dedicarse a la promoción del disco de momento en formato digital pero el cual esperan ver algún día en su versión compacta.
Aunque en su cabeza además tienen la idea de seguir creciendo, de ir forjando un nombre, de trabajar en nuevas piezas «lo que si tenemos claro los seis es que con pandemia o sin ella queremos hacer de esto nuestro proyecto de vida», suelta Ricardo segundos antes de que acabe la media hora pactada en el Zoom con estos tres de Kin Kon You, que se llama así porque uno de los primeros miembros de la banda pronunciaba de esa forma el nombre del mandatario coreano Kim Jong-un. Se les hizo tan gracioso que lo adoptaron como nombre oficial.

Y ahora son quizás el único viaje musical en el mundo que se comenzó a gestar a bordo de un camión de transporte público.

Dónde escucharlos

https://open.spotify.com/artist/2klZBGLV6uw40hG8XkoZGF?si=kcQXFpcDQn-2YO0mwnHufw

http://smarturl.it/ThisIsTheWay

 

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